Si leen mi perfil verán que he puesto hace ya varios años "porteño nacido en Tandil". Buenos Aires es definitivamente mi lugar en el mundo. Es la ciudad que quiero, es donde quiero vivir y he tenido la suerte de poder elegir dónde vivir. No puedo estar lejos de Buenos Aires más de un mes. Conozco, gracias a la lucha política, todo el país y muchos otros países, pero nada hay más bello, más dulce, más grato al corazón que tomar un café en la mesa de la vidriera de alguna esquina porteña. Bailo tango, me encanta cantar tangos, Miguel Caló y Aníbal Troilo me conmueven tanto como Rachmaninoff o Bach.
Pero como Dorrego, como José Hernández y como nuestro presidente Alberto Fernández, reniego del privilegio que la historia y la nefasta constitución de 1994 le han dado a esta ciudad.
Me considero federal, me considero políticamente hermano de las reivindicaciones, históricas y actuales, del interior de la Argentina y de su gente. Y apoyo firmemente el decreto presidencial que devuelve, en parte, a la provincia de Buenos Aires y su área del conurbano -una síntesis del conjunto del pueblo argentino- lo que le arrebató el régimen macrista.
Y digo con otro porteño nacional:
“¡Cuántos medran a tu sombra!
Tu campiña es verde alfombra,
tus astros vivos topacios;
habitando tus palacios
¡cuántos medran a tu sombra!”
Buenos Aires, 11 de septiembre de 2020
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