Quisieron reducirlo a la defensa
de una frontera lejana del puerto.
El Norte era entonces una inmensa
amenaza y un fiero entuerto:
godos que buscan reparar la ofensa,
gauchos que ahora se sienten libertos.
Pero no es cierto, no había frontera,
esas tierras eran la Patria entera.
Con caballos, lanzas y guardamontes
los maturrangos no tuvieron paz.
En los americanos horizontes
aparecía una horda fugaz
de gauchos desarmando los aprontes
del tirano español, cruel y rapaz.
El jefe de esas huestes repartía
a sus hombres tierras y gallardía.
Martín Miguel de Güemes se llamaba
y era un hijo de la gente decente,
que, no obstante, contra él se amotinaba
y entregó al godo prepotente
la vida del hombre al que amaban
sus gauchos infernales por valiente.
En Las Higuerillas Martín cayó.
En la Patria Vieja un héroe nació.
Y pasaron más de doscientos años
de odios, traiciones y enfrentamientos,
y tu memoria, montada en engaños,
te reducía en fama y talentos.
De pronto sonaron clarines extraños
que a tu nombre dieron nuevos sustentos.
¡Héroe Nacional de la Patria Grande!
te saludamos desde el Plata al Ande.
Buenos Aires, 17 de junio 2022