Una suave tarde de invierno,
Una plaza, una hamaca,
Una niña.
Tu presencia a mi lado,
Tu verdeclara mirada,
-tu mirada ver declara-
y todo el desasosiego, la inquietud,
el torbellino, la ansiedad, el insomnio
se disuelven en la paz del mundo restaurado.
Ahora sí salir a la calle es recorrer un paisaje conocido.
Ahora sí puedo desafiar los elementos,
enfrentar las embestidas del dolor y sus compinches.
Es que el vacío se ha llenado,
y el pedazo de mí, que en vos se aloja,
y el pedazo de vos, que en mí faltaba,
se han encontrado en esta suave tarde de invierno,
en esta plaza, junto a esta hamaca,
Con esta niña.
Lunes, 21 de junio de 1999
Una plaza, una hamaca,
Una niña.
Tu presencia a mi lado,
Tu verdeclara mirada,
-tu mirada ver declara-
y todo el desasosiego, la inquietud,
el torbellino, la ansiedad, el insomnio
se disuelven en la paz del mundo restaurado.
Ahora sí salir a la calle es recorrer un paisaje conocido.
Ahora sí puedo desafiar los elementos,
enfrentar las embestidas del dolor y sus compinches.
Es que el vacío se ha llenado,
y el pedazo de mí, que en vos se aloja,
y el pedazo de vos, que en mí faltaba,
se han encontrado en esta suave tarde de invierno,
en esta plaza, junto a esta hamaca,
Con esta niña.
Lunes, 21 de junio de 1999