Aquella noche, en Villa Fiorito,
descendieron Apolo y Dionisio
para dar, con su presencia, auspicio
a misteriosa concepción del mito.
Con el vuelo que Apolo dejó inscripto
en tus pies, estallaron en bullicio
millones de hombres que, gracias al juicio
de Dionisio, te creyeron bendito.
Tardes con Apolo y madrugadas
dionisíacas; con una bribona
mano se alzaron las agrietadas
conciencias a las que una sajona
traición había dejado holladas.
Fue un héroe Diego Armando Maradona.
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