Acabo
de ver un vídeo donde el presidente Macri nombra a su tío Pachaco.
Yo lo conocí a Pachaco Ferrari, casado con una Blanco Villegas,
hermana de la madre presidencial. Formaba parte de las relaciones
sociales de mi familia en la infancia de Tandil. Y tengo una muy
precisa anécdota guardada en mi memoria que pinta, creo, de cuerpo
entero la naturaleza vulgar, superficial y engrupida de estos
pelafustanes.
Era
el año 1963. Estábamos en el Golf Club de Tandil de aquellos años,
cuyo buffet era regenteado por Martínez, un criollo oscuro y robusto
que también oficiaba como maestro del difícil deporte del palo y la
pelotita.
En
esos días, asumiría como presidente de la República el radical
Arturo Umberto Illia. Y, en un lugar como el Golf, la conversación
no era otra que sobre el anuncio que había hecho Illia en el sentido
de que no usaría frac en la ceremonia de juramento, que lo haría
con traje de calle.
Junto
a la barra en el llamado hoyo 19 -el bar del club-, había un pequeño
grupo de personas mayores que yo quien, entonces y aunque pueda
parecer mentira, tenía dieciséis años. Entre ellos estaba,
justamente, Pachaco Ferrari quien consideraba una afrenta
institucional que alguien asumiese como presidente sin usar el
ridículo traje de los estudiantes bohemios y borrachines de fines
del siglo XVIII.
Alguien
intentó defender al presidente electo argumentando que, según él
mismo había dicho para justificar su decisión, nunca había usado
un frac en su vida.
Y
ahí fue cuando Pachaco Ferrari, el hoy presidencial tío, declaró
para la posteridad:
-
Alguien que no ha usado frac no puede ser presidente de la República.
Buenos
Aires, 3 de julio de 2019
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