domingo, 22 de enero de 2012

El camino al poder del gran caudillo haitiano Toussaint-L'Ouverture

El abuelo de François Dominique Toussaint-L´Ouverture se llamaba Gaou Guinou. Era de sangre real y había nacido en la colonia francesa de Dahomey, que recién en 1960 obtuvo su independencia para pasar a llamarse, años después, República de Benin. Secuestrado por los esclavistas franceses, fue enviado con su hijo a una plantación en la parte francesa de La Española o Santo Domingo.

Un amo impregnado de humanismo iluminista enseñó a François a leer y escribir y lo nombró capataz de la plantación. Se casó, tuvo dos hijos y, en 1776, fue manumitido y se convirtió en un pequeño campesino libre.

Una población de 12.000 blancos franceses mantenía en un brutal sometimiento a unos 300.000 esclavos africanos. La cruel economía de plantación azucarera había destruido la
diversidad productiva de Haití, convirtiéndola en uno de los más lucrativos negocios de la época. Si se ha dicho que la Revolución Francesa tuvo influencia en los procesos independentistas de la América hispánica -una teoría que soslaya el alzamiento del pueblo español contra el invasor francés-, en la parte francesa de la isla el hecho adquirió una enorme repercusión. La caída de la monarquía liberó las distintas fuerzas en pugna en el enclave colonial y los pequeños propietarios se enfrentaron a los grandes, los propietarios negros y mulatos a los blancos, los negros esclavos a sus amos y una gran parte de todos ellos a la política de la metrópoli que pretendía mantener el status colonial.

En 1791 comenzó una rebelión negra que se convirtió en el primer grito independentista de la América colonial. Encabezada por un esclavo de unos cincuenta años, los rebeldes se lanzan a la quema de plantaciones y a un directo ajuste de cuentas con sus propietarios. Ante la respuesta de los colonialistas franceses, los rebeldes cruzan la frontera hacia la parte española de la isla y entran en negociaciones con sus autoridades, quienes, enfrentados a Francia en Europa, ven la oportunidad de darle un golpe en su mejor colonia.


Toussaint se unió a estas tropas, recibió formación militar de los españoles y se convirtió al poco tiempo en uno de los principales y más exitosos oficiales del ejército de esclavos alzados. Su nombre comenzó a hacerse conocido entre los cientos de miles de combatientes, quienes lo llamaban L´Ouverture, El Iniciador. Fue el nombre con el que al final entró en la historia. Y con el título de General del Ejército de España, obtenido en esa época.

No obstante, Toussaint, que ya se había convertido en uno de los líderes de la revolución, llegó a la conclusión de que no estaba en el interés de los españoles la abolición de la esclavitud -objetivo central y excluyente de la revuelta- sino tan sólo debilitar el poderío francés en la región. “Uníos, hermanos, y luchad conmigo por la misma causa. Arrancad de raíz conmigo el árbol de la esclavitud”, sostuvo en su proclama de 1793, el mismo día en que los delegados de la República en la isla declararon la liberación de los esclavos para que se unieran a la Revolución.

Es necesario decir que no fue del todo generosa esta declaración. Haití se encontraba invadido por tropas españolas y británicas a las que se habían unido no pocos monárquicos franceses. Para que los 300.000 esclavos lucharan por la República debían ser liberados. Al año siguiente, y por acción de un grupo de diputados haitianos negros, la Asamblea Constituyente abolió la esclavitud en todo el territorio francés, tanto europeo como de ultramar.


No obstante ello, la lucha contra la esclavitud y por la independencia se extendió varios años más. Toussaint rompió con los españoles y los hizo replegarse en su propia frontera y comenzó a ser reconocido por los propios franceses, quienes lo ascendieron a General de División de la República.
El talento militar y político de Toussaint L`Ouverture logró dar una batalla permanente sobre los tres frentes: los españoles, los británicos y los propios franceses.

En 1798, este descendiente de la dinastía dahomeyana logra sus objetivos: mientras los españoles abandonan el territorio haitiano, los británicos capitulan y se alejan de la isla. A su vez, logra sacarse de encima los comisarios franceses, con lo que se convierte en el jefe político y militar absoluto de un Haití, sin esclavos y, en lo formal, miembro, en pie de igualdad, de la República Francesa.


El 22 de enero de 1801 François Toussaint L`Ouverture obliga a capitular a los españoles y, según lo acordado en el Tratado de Basilea que puso punto final al enfrentamiento franco-español, la totalidad de la isla de Santo Domingo quedaba bajo control del caudillo negro. Se iniciaba entonces otra etapa de la gran rebelión
de los afro-haitianos, la única rebelión de esclavos triunfante en la historia de la Humanidad.

Publicado en Telam

4 comentarios:

  1. Muy buen articulo, más allá de los detalles históricos es sumamente interesante como los micromomentos, el aprender a leer por ejemplo, son cruciales para revolucionar espacios macrosociales. Sin duda la libertad es una construcción lingüística, y el destino de un país no es consecuencia de su pasado glorioso sino de la construcción constante de esos micromomentos, esos haiku. (demasiado ético para ser verdad!)

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  2. Excelente traer esta historia. Yo tuve la oportunidad de conocerla en Cuba hace ya mas de 20 años, a través de un libro que recomiendo: El Reino de este Mundo, de Alejandro Carpentier.
    Lo cierto es que la revolución negra de Haiti ganada al imperio francés, fue traicionada reduciendo al país mas desarrollado del S.XIX a la situación miserable en la que hoy se debate.
    Un destino similar al sufrido por el Paraguay de Solano Lopez, en el siglo XX,a manos de la infame triple alianza y conducido por el imperio inglés.
    El siglo XX reservaría un lugar similar para nuestro país, el mas desarrollado de Sudamerica, al que no se le perdonaría su vocación tercerista y soberana, encarnada por el peronismo. Desde los bombardeos a la implacable traición de Menem (Tal vez nuestro Henri Cristophe) llegamos al fin de siglo en franca destrucción.
    Solo que el peronismo no pudo ser vencido...

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    1. Fe de Erratas: donde dice S. XIX debe decir S. XVII
      Y donde se refiere al Paraguay, debe decir S. XIX

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  3. Para ser totalmente llanos, recordemos que la "independencia" haitiana (y caribeña) respecto de Francia fue no mucho más que nominal. Por si quedaran dudas, recordemos en qué país se refugiaron "Papá" y "Baby" Doc cuando se les hizo la noche. Eran los Tacho Somoza de los franceses en el Caribe, "exiliados" en Niza y aparentemente con saudades haitianas, ya que Baby Doc volvió el año pasado a Haití y a nadie se le ocurrió tocarle un pelo. Los ¿ex? Tonton Macoutes, chochos con la "visita" de tan egregia figura.

    De ahicito nomás, de la colonia francesa de Martinica, era Frantz Fanon(1), que fue carne de cañón "francés" en la 2a. guerra mundial y luego en los '60 se convirtiera en el faro del anticolonialismo que lograra declarar la independencia de las 2/3 partes del continente africano. Sus Conclusiones(2) en "Los condenados de la Tierra" merecerían integrar la constitución de la Celac.

    (1) http://centroizquierda.blogspot.com/2008/10/la-hora-de-recordar-fanon.html
    (2) http://centroizquierda.blogspot.com/2008/10/ms-fanon.html

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