lunes, 25 de julio de 2016

Verso satírico al modo de Quevedo, dedicado a un mandatario de estos lares


Érase un hombre de ignorancia crasa,
Érase un no saber superlativo,
Érase un jumento medio vivo,
Érase una larva de mente escasa,

Era una vacía y poco usada taza.
Érase un suelo yermo y sin cultivo,
Érase un vacío grande y esquivo,
Un Francisco Sabio de inversa raza.

Érase el saber de una ternera,
Érase un monumento al caballito,
La Santa Biblia de ignorancia era;

Érase un burrísimo infinito,
Basto percherón, ciega lumbrera,
Inculto garrafal zonzo y ahíto.

Buenos Aires, 25 de julio de 2016.