lunes, 15 de octubre de 2018

Soneto a las tetas troskas que se exhibieron en el frío Trelew




Un soneto me manda a hacer Raquel
sobre glándulas mamarias trotskistas
que se agitan redondas, sin aristas,
como el dulce tintín de un cascabel.

Como salvajes gacelas en tropel
las vimos declararse feministas,
mostrando sus areolas siempre listas,
como el pan suele estar para la miel.

He llegado hasta aquí sin tropezón
y ante tanto pecho descubierto
no he dejado de pensar en el pezón.

¡Que viva siempre el escote abierto!
¡Que iluminen de Trotsky el corazón!
Las tetas troskas son lo único cierto.

14 de octubre de 2018

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