domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Qué será de Borinquen, mi Dios querido que será de mis hijos y de mi hogar?


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El 12 de octubre de 1891 nació, en Ponce, Puerto Rico, el gran patriota borincano y adalid de la lucha por la independencia nacional de su país en manos de los Estados Unidos, Pedro Albizu Campos.

Don Pedro Albizu Campos es el gran patriota portorriqueño, cuyo lento asesinato en las cárceles norteamericanas -donde fue contaminado con radiactividad- lo ha convertido en el gran mártir de los pueblos latinoamericanos para liberarse del yugo yanqui.
Fue hijo natural de Alejandro Albizu y de doña Juana Campos y su padre no lo reconoció hasta que el niño terminó su escuela secundaria. Becado por una logia masónica, que descubre su natural inteligencia, el joven va a estudiar ciencias a la Universidad de Vermont, si bien al poco tiempo se trasladó a Harvard donde se recibió en leyes con excelentes calificaciones. Fue en esta universidad donde tomó contacto con Subhas Chandra Bose, un dirigente del nacionalismo hindú que, posteriormente, acompañará a Mahatma Gandhi en la independencia de la India, y con el célebre Éamon de Valera, el primer presidente de la Irlanda libre del yugo inglés..
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, donde participó como soldado del ejército norteamericano, Albizu Campos se muda a Puerto Rico y comienza la intransigente labor por la independencia borincana que lo ocuparía hasta su dolorosa muerte. Ingresó al Partido Nacionalista Portorriqueño, donde, al poco tiempo, fue reconocido como una de sus principales figuras. Después de una gira por otros países latinoamericanos, para extender la causa independentista, es elegido presidente del partido. Su dirección le imprimió una fuerte impronta revolucionaria, si bien alejado de las corrientes marxistas que venían de Moscú. Asume una posición de abstención frente a las amañadas elecciones coloniales y plantea el no acatamiento al servicio militar obligatorio, que, obviamente, era en las FF.AA. ocupantes. En 1936 recibe su primer arresto por una acusación de conspirar contra el gobierno yanqui de la isla y al año siguiente, después de la masacre de Ponce, cuando la policía dispara contra una manifestación de los nacionalistas, es trasladado a la cárcel de Atlanta, junto con los principales jefes del partido.
Recién es liberado en 1947 y vuelve a su isla -¿Dónde vas, Puerto Rico, tú de socio asociado en sociedad?, cantaba entonces el cubano Nicolás Guillén- para iniciar una lucha política armada contra la ocupación yanqui. El 30 de octubre de 1950 se produce el levantamiento conocido como Grito de Jayuya y se proclama la Segunda República de Puerto Rico. Por primera vez, bajo la tiranía norteamericana, flamea la bandera blanca y roja con su estrella en triángulo azul, creada en Nueva York, en el siglo XIX, por patriotas de Borinquen. Nuevamente “El Maestro”, como lo llamaban sus compatriotas, es puesto prisionero, junto a otros compañeros de lucha.
El gobernador del Estado Libre Asociado -como llama EE.UU. a la situación colonial del país- lo indulta, ante la enorme presión popular, pero en 1954 se revoca la medida. A partir de ese momento, “el Último Libertador de América”, como también se lo llamara, comienza su lento martirio. El régimen carcelario yanqui denuncia que sufre de locura y, posteriormente, sufre un derrame cerebral. Es trasladado a un hospital en San Juan de Puerto Rico , bajo una fuerte vigilancia. Los médicos que lo vieron, después de cinco días de no recibir atención, declararon que su cuerpo sufría de horribles quemaduras y otros síntomas de radiación. No obstante continúa en prisión hasta 1964. Sale en libertad -bajo las protestas del imperialismo norteamericano y sus secuaces locales- víctima de un doloroso cáncer y llagas en todo su cuerpo, como resultado de los experimentos radioactivos a los que fue sometido por sus carceleros.
Don Pedro Albizu Campos murió el 21 de abril de 1965. El pueblo portorriqueño lo acompañó masivamente a su tumba. Bajo la presidencia de Bill Clinton, el Departamento de Energía de los EE.UU. reconoció haber realizado, en los años '50 y '60, experimentos humanos con radiación, sin el conocimiento de los prisioneros. Una de sus víctimas fue el gran político, orador, poeta y patriota Pedro Albizu Campos. Puerto Rico continúa siendo una colonia yanqui. Latinoamérica tiene aún una deuda con el pueblo jibarita.

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo, esclarecedor para las generaciones actuales. Es la historia de nuestra América que no siempre se enseña, diría, casi nunca a pesar de los cambios curriculares

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  2. Julio, una vez más haciendo prosa interesante e importante. Con el anterior opinante coincido en lo de las historias que no se enseñan y debiéramos conocer para amar todavía más a nuestra tierra.

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