domingo, 16 de abril de 2023

Les presento a Mariana Vigil

 Mariana Vigil es una ciudadana sueca, hija de los uruguayos Gonzalo Vigil y Pilar Rodríguez Larreta. Sí, sí, es pariente de los fundadores de la Editorial Atlántida y de nuestro burgomaestre porteño. También, y mucho más importante, es nieta de Enrique Rodríguez Larreta.

Enrique era un periodista del diario blanco El País. Su especialidad era el turf. Hombre de familia y amigos, de charlas y anécdotas. Un montevideano típico, cuya familia se entreveraba con políticos, escritores y cancilleres y su vida transcurría entre la bohemia de los burreros uruguayos, las visitas a los studs y las charlas con los jockeys y el mundo de la redacción del principal matutino de su país, las linotipos, las mesas de armado, los trabajadores gráficos y el inolvidable olor a tinta fresca.

Un día, bajo la dictadura del presidente Bordaberry, del que también era medio pariente, le secuestran un hijo. Su paz montevideana quedó rota para siempre. Se viene a Buenos Aires buscando al hijo y la miserable recua de asesinos que gobernaba la Argentina no tiene mejor idea que secuestrarlo a él también. La presión social, el peso de su apellido, “quien sabe lo qué”, hizo que Enrique fuera liberado. Y le dedicó toda su larga y linda vida a denunciar en todos los foros internacionales y en el propio juicio a las Juntas, sus atrocidades y crímenes.

Gonzalo y Pilar, su hija, se las tomaron para el Chile de Allende y allá los agarró Pinochet y los metió en el Estadio Nacional. Ellos fueron unos de los detenidos en el Estadio a los que logró arrancar el embajador sueco en Chile, Harald Edelstam, junto a más de 500 chilenos, 52 uruguayos (con Gonzalo y Pilar eran 54) y 13 bolivianos. Personalmente Edelstam, que era un hombre de larga trayectoria diplomática y con una actuación similar en la Segunda Guerra Mundial, acompañó a los refugiados en el vehículo de la embajada hasta la escalerilla del avión que los sacó de Chile.

Y así llegaron Pilar y Gonzalo a Jakobsberg, a Sångvägen, y tuvieron a Mariana y Natalia.

Y ellos fueron nuestros amigos en aquella pequeña colectividad de uruguayos, argentinos y chilenos, más algunos suecos solidarios, que era Sångvägen. Juntos hicimos un inolvidable viaje en auto desde Estocolmo a Albufeira, en el Algarve, el sur de Portugal.

Obviamente Mariana ha crecido, pero no ha renunciado a las ideas que motivaron y sostuvieron toda esta historia que acabo de contar. Y ha publicado en su muro de Facebook su opinión acerca del ingreso de Suecia a la OTAN. Dice Mariana, según mi traducción:

“Cosas que noto en la discusiòn por/contra OTAN.

La gente cree que libertad de alianza es lo mismo que neutralidad.

La gente no recuerda todas las veces que Suecia tomó posición a lo largo de la historia, de las cuales muchas veces lo hizo de una manera que quizás hubiese sido imposible si fuéramos miembros de la OTAN (Guerra de Vietnam, boicot a Sudáfrica durante el apartheid, contra la dictadura en Chile).

O sea: Yo no quiero ni una sola vez oír el argumento de que no vamos a entrar en la OTAN porque hay riesgos de que Trump sea electo presidente. Es un mal argumento ya que rápidamente se vuelve irrelevante, mientras que una membresía rige más o menos para siempre.

Simultáneamente muestran los decenios pasados que aún sin Trump como presidente, la libertad de alianza le dio a Suecia más posibilidades de asumir posiciones. Señalar a Trump como un espantapájaros posiblemente podría servir como un argumento contra los estúpidos burgueses a corto plazo que están felices de tomar la guerra en Ucrania como cuota de ingreso para convertirse en aliados de los Estados Unidos, pero no para una izquierda razonable”.

Nada, eso. Quería que conociesen a Mariana y su condenada coherencia.

Cuando publiqué esto en Facebook, Mariana me contestó:

En cuanto a la historia: Mi madre no estuvo presa en el estadio, solo mi padre. Y lo que pasó con mi abuelo es que se los llevaron a todos los uruguayos a Uruguay y dijeron que eran un grupo subversivo que había sido atrapado cuando intentaron ingresar en el país para tomar el poder o algún verso así. Pero la mentira fue muy mala y al final se vieron obligados a darles la libertad. Creo que le dieron la libertad a todos en ese momento, pero a mi tío lo volvieron a meter preso más adelante y no lo largaron hasta que se les desmoronó todo por ahí por el 1983.

Un detalle bastante interesante pienso yo, es lo que pasó cuando nosotros fuimos a visitarlos a ustedes que recién se habían vuelto a vivir a Bs. As. Justo en esos días mi abuelo también fue, pero en búsqueda del centro de detención clandestino donde él y su hijo habían estado. Lo logró. Junto con un periodista lo encontraron abandonado, y fue así que se llegó a conocer a Automotores Orletti. También fue la primera prueba de lo que después se conoció como Plan Cóndor. Entraron y el local era tal cual a lo que mi abuelo había descrito. Salió denunciando todo esto en la prensa, y encima se fue a Uruguay, que en ese momento todavía era dictadura. Pero siendo todo en público no se atrevieron hacerle nada, y después de haber armado un buen escándalo se regresó tranquilo a Suecia. La familia obviamente muerta de los nervios. 

Hay mucha información y alumnos videos que relatan partes de esta historia y sus testimonios de lo que él presenció en Orletti. 

Voy a ver si encuentro algo y lo pongo aquí.

Aquí está prácticamente todo creo yo. 

https://memoriayddhh.uy/archivo-enrique-rodriguez-larreta

Aquí un testimonio completo. Partes se usaron en documentales sobre el Plan Condor. Varios de la familia Santucho estaban en Orletti y él presenció la tortura. Pienso en esa parte y me pongo mal. También Sara Mendes, que le robaron el hijo ahí mismo, de tres semanas, y lo volvió a encontrar cuando tenía casi 30 años. 

https://youtu.be/BB-DMtOZbRU


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