jueves, 28 de abril de 2022

Octavas reales para despedir al Ica Novo






Dio voz a un paisaje silencioso

aunque lleno de músicos y cantos.

Puso notas a un Ischilín cuantioso

en fiestas amorosas y en encantos.

Con guitarra y bombo cadenciosos,

y su versos hechos a calicanto,

compartió, en disputa muy sincera,

con Santiago, la alegre chacarera.


Poesía y música fueron su afán

y su pueblo y su patria la madera

que endureció su fibra de titán,

su entereza y su alma musiquera.

Puro cordobés era y vivirán

sus cosas en peñas festivaleras.

Fue además mi amigo muy querido.

Ica Novo se llamaba y se ha ido.


El Deán Funes, que se sumó a Mayo,

de Bolívar, astuto delegado,

ha de estar, sacándose el sayo,

zapateando con el recién llegado

que logró, para su pueblo tocayo,

tener fama y renombre en todos lados.

Ahí va el Ica buscando acordes raros

para cantar versos bellos y claros.


Buenos Aires, 28 de abril de 2022

jueves, 21 de abril de 2022

Alexander Blok, Los Escitas y un mensaje ruso a Europa.

Nestor Gorojosvsky me escribió hoy, desbordado de emoción, porque la vocera oficial rusa María Zajárova había respondido a la agresividad occidental citando el poema Los Escitas del gran poeta revolucionario ruso Alexander Blok. El poema Los Escitas fue escrito en 1918, en un rapto de inspiración del poeta, en el medio de las dificultades de la revolución por estabilizarse y de las arduas negociaciones de paz de Brest-Litvosk, que, como se sabe, habían sido puestas, por el Soviet, en manos de Lev Davidovich Bronstein, más conocido como León Trotsky.

Alejandro Blok fue uno de los grandes poetas rusos de principios del siglo XX y junto con Esenin, Maiakovsky se sumaron a la revolución de 1917.


Después de muchas dificultades y buscando en distintos idiomas he logrado encontrar y traducir parcialmente el poema Los Escitas. Los escitas era un pueblo que fue llamado en la antigüedad “los guardianes del Cáucaso”. Era un pueblo de jinetes guerreros, creadores de una maravillosa orfebrería en oro y que, al parecer, realizaban sus creaciones bajo la influencia del hachís.

Esto es lo que el enojo poético de Alexander Blok le dijo a los Europeos, aquel año de 1918 y que hoy repitió la vocera del gobierno ruso.

Escitas

Vosotros sois millones; nosotros somos

legiones, legiones y legiones.

¡Intentad, pues, combatirnos!

¡Sí, somos escitas, sí, asiáticos,

una codiciosa tribu de ojos rasgados!

Para ti, son siglos, para nosotros, una sola hora.

Como esclavos, obedientes y despreciados,

hemos sostenido el escudo entre dos razas hostiles,

la de Europa y las feroces hordas mongoles.

Siglo tras siglo se forjó tu vieja fragua

y ahogó el trueno de las distantes avalanchas,

¡Y un cuento extraño de una tradición antigua

fueron para ti Lisboa y Messina!

Cientos de años miraron ustedes hacia el Este,

amontonando y extrayendo nuestras perlas,

¡Y burlándose, para apuntarnos con las bocas

de sus cañones que sólo esperaban el momento!

La hora ha llegado. El juicio rueda en alas batientes

y día tras día se multiplica el rencor

y llegará el tiempo en que no habrá rastro de cosa viva

donde una vez florecieron tus Paestums!

Oh, Viejo Mundo, antes de que tu cultura muera,

mientras una débil vida dentro de ti languidece,

haz una pausa y sé sabio, como Edipo fue sabio,

y resuelve el antiguo enigma de la Esfinge.

Esa Esfinge es Rusia. Afligida y exultante,

y llorando suficientes lágrimas negras y sangrientas,

te mira fijamente, adorándote e insultándote,

Con un amor como odio y un odio como amor.

Sí, ama como ama nuestra sangre,

¡Ninguno de ustedes ama por mucho tiempo!

Te has olvidado que hay amor en el mundo,

que quema y destruye!

Amamos todo, el calor de los números fríos,

Y el don de las visiones divinas

Todo está claro para nosotros,

el agudo significado galo,

Y el melancólico genio alemán...

Lo recordamos todo: el infierno de las calles parisinas,

Y la frescura de agua y piedra veneciana.

Un olor lejano de limoneros

Y los edificios de Colonia manchados de hollín.

Nos encanta la carne cruda, su color y su olor.

Nos encanta saborearla en nuestras fauces hambrientas.

¿Somos culpables si tu esqueleto cruje

Entre nuestras pesadas y tiernas garras?

Sabemos cómo jugar el juego cruel

de domar a los corceles más rebeldes;

Y a tercas criadas cautivas las domesticamos

Y las subyugamos, para satisfacer nuestras necesidades...

¡Ven y unete a nosotros. Deja los horrores de la guerra!

¡Estrecha la mano de la paz y la amistad!

Mientras haya tiempo,envainen la vieja espada,

Camaradas! ¡Nos convertiremos en hermanos!

Y si nos desprecias, no tenemos nada que perder.

¡Y también podemos pensar que la traición no es un crimen!

E infinitas generaciones por nacer

te maldecirán hasta el fin de los tiempos

Abandonaremos Europa y su encanto.

Recurriremos al arte y la astucia de los escitas.

-volveremos rápidos a los bosques y las selvas,

los miraremos y sonreiremos con nuestros ojos rasgados.

¡Vayan todos a los Urales! Ràpido dejen la tierra

despejen el campo para el juicio de la sangre y la espada.

Donde las máquinas de acero sin alma deben estar,

¡Y enfrenten la horda salvaje de Mongolia!

Sabed que de ahora en adelante no serviremos,

como secuaces sosteniendo el fiel escudo.

Miraremos de lejos el fragor de la batalla,

Y con ojos rasgados miraremos el combate mortal.

No intervendremos cuando los hunos salvajes

despojen los cadáveres y los dejen desnudos,

quemen las aldeas, reúnan el ganado en la iglesia

Y asen vivos a sus semejantes de piel blanca.

Por última vez, ¡recupera el sentido, viejo mundo!

Te llamamos a la fiesta ritual y al fuego,

¡De paz y fraternidad! Por última vez,

¡Oh, escucha la llamada de la lira bárbara!

De los horrores de la guerra volved a nosotros,

volved a nuestros plácidos brazos y descansad.

Camaradas, antes de que sea tarde, deponed las armas

y bienvenidos a la bendita fraternidad.



sábado, 2 de abril de 2022

La Guerra de Malvinas en octavas reales



Lo que no hicieron las balas inglesas,

matando cruelmente vidas argentinas,

puede lograrlo, con mayor simpleza,

si no comprendemos qué fue Malvinas.

Una guerra justa que, con firmeza,

dimos, de frente, a una potencia indigna:

alto gritamos: ¡esta tierra es nuestra!;

y del gran valor criollo dimos muestra.


Cuando la batalla hubo terminado,

los nuestros volvieron al continente,

comenzó el enfrentamiento desarmado

de evitar que esa gloria sea simiente

de un nuevo patriotismo desatado

que sacudió a la América insurgente.

Esa guerra fue solo un desatino

proclamó el sentido común bovino.


No matemos de nuevo a nuestros muertos

al hacerlos víctimas de argentinos.

Cayeron como héroes y despiertos

por el toque del clarín matutino.

Cayeron como caen hombres libertos

luchando por la Patria y su destino.

Esa guerra y esos muertos australes

vuelven en tardes de Abril otoñales.


2 de Abril de 2022