sábado, 14 de diciembre de 2019

Escribir en el Aire o dar vida a los sueños



Vengo de la Sala Lugones y de cenar en una mesa de amigos y amigas. 
Estuve en el estreno de Escribir en el Aire, la segunda película que Paula de Luque estrena en este fin de año.
He visto una película deslumbrante, apabullante por lo bella, estoy tentado de escribir genial.
Es un homenaje, rendición de cuentas, abrazo y puesta en valor de un gran creador argentino, el bailarín y coreógrafo de larga trayectoria en la Argentina y de fama mundial, Oscar Araiz, un notable artista que se merecía un homenaje de esta talla estética y creativa.
Paula de Luque se inició, de pequeña, en el mundo de la danza en la escuela del Teatro Colón. Fue bailarina. En realidad, fue una gran bailarina de ese género que descolló en la segunda mitad del siglo XX, que es la Danza Contemporánea. Integró diversos grupos, entre ellos Nucleodanza, en los 80 y el Grupo de Danza Contemporánea del Teatro San Martín que dirigía, en los 90, Oscar Araiz. Esa fue su forja estética que volcó, posteriormente, a la realización cinematográfica.
Escribir en el Aire es una película que, a la vez que intenta introducirse en el sentido que para Oscar Araiz tiene esa evanescente y efímera belleza del movimiento y el espacio, en el mundo interior que esas formas expresan y materializan, logra situar la mirada del espectador en el centro mismo de la danza, en el escenario junto con el conjunto coreográfico, desplazándose en un primer plano con la primera bailarina, acompañarla en su interrelación con el resto de los bailarines y, de pronto, tomar la distancia que el creador, Oscar Araiz, necesita para ver el resultado de sus propuestas. Escribir en el Aire es una película sobre un coreógrafo y su obra visto y expresado por una de sus bailarinas, por otra creadora que conoce los códigos secretos y logra transmitirlos con un uso extraordinariamente libre de su instrumento, la cámara.
Wim Winders filmó hace unos diez años una notable película sobre la gran creadora de Wuppertal, Pina Bausch, la heredera coreográfica del expresionismo alemán. Escribir en el Aire es un filme que encuentra puntos de contacto con esa obra de Winders, en la medida en que se interna en el mundo de movimientos, emociones, convicciones y sueños que la danza convoca. Y también logra su propio herramienta expresiva incorporando al espectador no solo a los sueños dentro de otros sueños que menciona Oscar Araiz, sino a la energía del o de los intérpretes que dan vida a esos sueños.
Quedé estupefacto.
Paula de Luque ha logrado, una vez más, una película de una belleza que acongoja, que arrebata. Con la música maravillosa de la Consagración de la Primavera, con El Cisne del Carnaval de los Animales de Saint Saëns y la fascinante interpretación de los bailarines y bailarinas de Oscar Araiz, Escribir en el Aire es un homenaje deslumbrante a un gran creador argentino y al movimiento del que forma parte, junto con sus maestras Renatte Schottelius y Ana Itelman y su contemporánea Ana María Stekelman.
Paula de Luque ha logrado llevar al cine esa pugna entre el tiempo y el espacio que es la danza y que ha sido el desafío que ha signado la vida de Oscar Araiz
Buenos Aires, 14 de diciembre de 2019

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