Dio voz a un paisaje silencioso
aunque lleno de músicos y cantos.
Puso notas a un Ischilín cuantioso
en fiestas amorosas y en encantos.
Con guitarra y bombo cadenciosos,
y su versos hechos a calicanto,
compartió, en disputa muy sincera,
con Santiago, la alegre chacarera.
Poesía y música fueron su afán
y su pueblo y su patria la madera
que endureció su fibra de titán,
su entereza y su alma musiquera.
Puro cordobés era y vivirán
sus cosas en peñas festivaleras.
Fue además mi amigo muy querido.
Ica Novo se llamaba y se ha ido.
El Deán Funes, que se sumó a Mayo,
de Bolívar, astuto delegado,
ha de estar, sacándose el sayo,
zapateando con el recién llegado
que logró, para su pueblo tocayo,
tener fama y renombre en todos lados.
Ahí va el Ica buscando acordes raros
para cantar versos bellos y claros.
Buenos Aires, 28 de abril de 2022
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