jueves, 8 de agosto de 2024

Cateterismo

Hoy tuve un día lleno de emociones.

Como les conté, tenía que internarme a las 13 horas para una intervención médica. Pedí un coche para las 12 y, como Rivadavia estaba cortada por la manifestación de la UTEP, caminé hasta avenida La Plata a esperar el vehículo.

En esa esquina me encuentro con un lógico nudo de tránsito y un viejo típicamente caballitense hablando, con un conductor, de los "planeros, vagos y malentretenidos" que marchan por la avenida. Espero que se desocupe para que me alcance y lo miro. Cree ver en mí una mirada de complacencia con sus invectivas y me dice: 

--Este país de mierda.

Lo miré a los ojos y le respondo en vos alta y provocadora: 

-- Sí, este país hecho mierda por el hijo de puta de Milei.

-- Ya lo era desde antes. -- me responde el pobre anciano.

-- Calláte viejo de mierda, bien que lo votaste al insecto este.

Pretendió responderme algo que no escuché, pero me oí claramente decirle, ya en tren te rompo los dientes:

-- Sos un viejo de mierda gorila e hijo de mil putas.

Comenzó a retirarse, mientras el Dr. Baraibar, convertido ya en su otro yo, gritaba:

-- ¡Andá a la puta que te pario, viejo choto!

El geronte se retiró a paso redoblado perdiéndose en el tráfico y la multitud.

Llegué al sanatorio donde me esperaba mi hija. Me interné, me desnudé, me puse la pecherita esa que te dan en los nosocomios para taparte el rabo y me acosté, mientras miraba los juegos olímpicos, con mi hija de compañía.

Al rato entra el doctor y me informa que van a tener que postergar la intervención ya que los dos quirófanos que dispone el sanatorio estaban ocupados en casos de emergencia aguda y que no sabían a qué hora se desocuparían. Dado que yo estaba en ayunas me aconsejó suspender la internación para dentro de 15 días. Me pareció oportuna y prudente la medida y me volví a vestir y salí con mi hija para buscar algún lugar donde almorzar.

Estaba famélico.

Encontramos un restaurante llamado algo así como Las Delicias de Taiwan y entramos.

Ya en la entrada veo unos libros en cuyas tapas dice algo como La verdad sobre el Partido Comunista Chino. Nos sentamos a una mesa y, observando el entorno, vemos que pertenece a la secta china Falun y en las pantallas de televisión pasan vídeos atacando a la República Popular China. Mi hija y yo comentamos la situación y pedimos la comida que, por otra parte, era excelente. Comimos muy rico y pedimos la cuenta.

El tipo que nos atendía nos cobra e intenta darme un folleto explicativo sobre las actividades de la secta.

Le guiño un ojo a mi hija y le digo:

-- No, gracias, somos comunistas.

-- Yo solo quería explicarles quiénes somos.-- me dice el gil este.

-- Sí, -- le digo -- son la secta que creó la CIA contra el gobierno de la República fundada por el camarada Mao Tze Dong.

-- Acá todos nosotros pertenecemos a ese movimiento. -- me responde.

-- Lo sé, lo sé, ya los vamos a echar a la mierda de acá también.-- le dije, dando por terminado el agradable diálogo.

El día estaba salvado. Me había peleado con un gorila argentino y con agentes de la CIA chinos.

Y pensar que yo salí para que me pongan un catéter. 

1 comentario:

  1. Debemos inferir por la falta de comentarios que no te lee ni tu hija. Brabucón de Blogger.

    ResponderEliminar